domingo, 10 de abril de 2016

¿Lenguas muertas? No, lenguas moribundas

En nuestro planeta vivimos aproximadamente 7000 millones de personas, y hablamos unas 6000 lenguas. Un cálculo rápido nos dirá que la media sale a algo más de un millón de hablantes por cada lengua. Pero los números sólo son números, y la realidad es mucho más compleja: tenemos lenguas como el chino mandarín, hablado por más de 800 millones de personas, o el español, que tiene más de 550 millones de hablantes (si contamos también a los que la han estudiado); y tenemos otras habladas por apenas un puñado de gente. Las razones de esta desigualdad son profundas, y es difícil explicar por qué ocurre esto, pero hay que entender que las lenguas son organismos vivos: nacen, se desarrollan y, a veces, mueren. Además, no debemos olvidar que los seres humanos influimos en ellas: las leyes, las guerras y las ideas les afectan, y eso provoca que unas prevalezcan sobre otras.

Pero este artículo no va por ahí. Vamos a dar a conocer algunas lenguas minoritarias. Muy minoritarias. La leche de minoritarias. Porque, para que os hagáis una idea, una lengua que podríamos considerar poco extendida, por ejemplo, el gallego, es hablada por más de 2 millones de personas. Pero esto es una multitud comparado con los idiomas que vamos a estudiar en este artículo. ¿Cómo te sentirías si fueses el único hablante de tu lengua? Pues, aunque parezca increíble, es real. Y para descubrirlo, tenemos que hacer un viaje alrededor del mundo. Ale.

¿Seguro que por aquí se va al centro comercial? (Fuente).