En nuestro planeta vivimos
aproximadamente 7000 millones de personas, y hablamos unas 6000 lenguas. Un
cálculo rápido nos dirá que la media sale a algo más de un millón de hablantes
por cada lengua. Pero los números sólo son números, y la realidad es mucho más
compleja: tenemos lenguas como el chino mandarín, hablado por más de 800
millones de personas, o el español, que tiene más de 550 millones de hablantes
(si contamos también a los que la han estudiado); y tenemos otras habladas por
apenas un puñado de gente. Las razones de esta desigualdad son profundas, y es
difícil explicar por qué ocurre esto, pero hay que entender que las lenguas son
organismos vivos: nacen, se desarrollan y, a veces, mueren. Además, no debemos
olvidar que los seres humanos influimos en ellas: las leyes, las guerras y las
ideas les afectan, y eso provoca que unas prevalezcan sobre otras.
Pero este artículo no va por ahí.
Vamos a dar a conocer algunas lenguas minoritarias. Muy minoritarias. La leche
de minoritarias. Porque, para que os hagáis una idea, una lengua que podríamos
considerar poco extendida, por ejemplo, el gallego, es hablada por más de 2
millones de personas. Pero esto es una multitud comparado con los idiomas que
vamos a estudiar en este artículo. ¿Cómo te sentirías si fueses el único
hablante de tu lengua? Pues, aunque parezca increíble, es real. Y para
descubrirlo, tenemos que hacer un viaje alrededor del mundo. Ale.
Ongota
En un país como Etiopía, que
tiene 90 millones de habitantes, se hablan más de 80 idiomas diferentes. En
muchos casos, se trata de lenguas habladas por tribus indígenas, que viven
aisladas lejos de las ciudades. Estas tribus se relacionan entre ellas,
comercian, y a menudo guerrean.
Una de estas tribus son los
ongota. Viven en el sudeste del país, junto al río Weyt’o, y se componen de
alrededor de un centenar de miembros. Sin embargo, la mayoría de los ongota han
abandonado su lengua propia, debido a la presión social y económica de la tribu
que rodea sus tierras, los ts’makko, y han pasado a enseñar a sus hijos esta
lengua, olvidando la suya. Hoy en día, tan sólo un puñado de personas (se cree
que entre 8 y 12) entienden el ongota.
Dumi
¿La Tierra Media? No, Nepal (Fuente).
Viajamos ahora a Asia. En las
montañas de Nepal, en la región de Khotang, se habla un idioma llamado dumi. En
un estudio realizado en 2007 se averiguó que apenas quedaban ocho personas
capaces de hablar en este idioma. Probablemente, las características del
territorio, que aíslan a las comunidades de hablantes, han favorecido que la
lengua dumi no se haya extendido. El nepalí, idioma mayoritario en Nepal, es
una lengua que proviene del indoeuropeo (igual que el latín, así que sí, aunque
parezca increíble, el nepalí y el castellano tienen el mismo origen) y que,
pese a ser prácticamente desconocida para nosotros, es usada como lengua común
entre los múltiples pueblos del Himalaya. Eso ha provocado la lenta pero
inevitable muerte de muchas lenguas minoritarias.
Lemerig
El lemerig es una lengua de la República
de Vanuatu. ¿Cómo, que no conocéis Vanuatu? Se trata de un archipiélago al sur
del océano Pacífico, a unos 1700 km de Australia. Imagináoslo: playas
paradisíacas, aguas color turquesa, palmeras… Vanuatu fue descubierta por
españoles, y ocupada por ingleses y franceses durante cientos de años, hasta
que en 1980 se constituyó en nación independiente.
El lemerig se habla (o se
hablaba) en la isla Vanua Lava, al norte del archipiélago. ¿Os había dicho que
en Etiopía hay muchos idiomas? Pues en Vanuatu, que tiene unos 250 000
habitantes, ¡se hablan casi 200 lenguas! De hecho, el mismo lemerig tuvo en su
momento hasta cuatro variantes locales. Sin embargo, tan sólo quedan dos
hablantes conocidos, y el estudio data de 2008, con lo que quizá ya sean menos…
Vas recto hasta Australia, y a mano derecha, a 1700 km...
Taushiro
Se trata de la lengua propia de
un grupo étnico del mismo nombre, los taushiros, que vivían en el norte de
Perú. Siempre fueron un grupo pequeño: cuando en 1684 los misioneros españoles
contactaron con ellos por primera vez, eran unos 2500. A mediados del siglo XX
se conocía la existencia de unos 30 hablantes, la mayoría ancianos. Los jóvenes
fueron abandonando el taushiro para usar las lenguas mayoritarias de su zona,
principalmente el quechua y el castellano.
En 1996 tan sólo quedaban dos
personas que conocieran esta lengua, los hermanos Juan y Amadeo García García.
Juan murió en 2004, quedando Amadeo como la única persona en el mundo capaz de
hablar taushiro.
Este es el último hablante de Taushiro (Fuente).
De las más de 6000 lenguas que se
hablan en el mundo, se calcula que casi la mitad están en peligro de
desaparecer en algún momento. La mitad. Creo que es difícil asimilar lo que eso
significa. Si la ONU, o Greenpeace, advirtiera de que en las próximas décadas
van a desaparecer la mitad de las especies animales del mundo, todo el mundo se
echaría las manos a la cabeza, y se movilizarían cientos de ONG para proteger y
preservar a los animales. Sin embargo, cuando se trata de algo como las lenguas
(total, solamente son la máxima expresión de lo que es ser humano; medios de
comunicación y de transmisión de conocimientos; y símbolos de culturas, pueblos
y naciones) a nadie parece importarle demasiado.
Desde 1996 la UNESCO viene
publicando de forma regular un informe llamado Atlas UNESCO de las lenguas del mundo en peligro, en el cual intenta
avisar a los gobernantes, y a la población en general, sobre la necesidad de
preservar la diversidad lingüística mundial. En él se pueden encontrar datos
como el número de hablantes de las lenguas en peligro, su distribución y el
nivel de riesgo en el que se encuentran. Desde 2009, el Atlas se puede
consultar online. Podéis averiguar las lenguas en peligro de cada país, las
políticas que se llevan a cabo, etc. Si queréis conocerlo, pulsad aquí.
En el Atlas, las lenguas aparecen
catalogadas en cinco categorías: vulnerable, en peligro, seriamente en peligro,
en situación crítica, y extinta. Como os podéis imaginar, el taushiro, el
lemerig, el ongota y el dumi están en situación crítica. No lo olvidéis: las
lenguas son un bien cultural y humano básico, y cada lengua que deja de existir
es una pérdida irreparable para todos.
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