viernes, 4 de noviembre de 2016

La noche que nació Frankenstein

Sin duda, era el momento y el lugar. Aquella noche, en algún momento entre el 15 y el 20 de julio de 1816, los astros estaban alineados para que la literatura de terror sufriera una sacudida histórica. El contexto histórico, el lugar y los protagonistas eran los adecuados. Y la influencia que tuvo en la literatura y en la cultura popular posterior es, simplemente, gigantesca. Y es que, ¿quién no conoce al monstruo creado con trozos de cadáveres? ¿Al doctor gritando: ¡Está vivo!, ¡está vivo!? Todo el mundo conoce la historia, ha visto películas, incluso parodias. Cientos de obras modernas se inspiran en Frankenstein.

Vamos por partes. ¿Cuál era el contexto histórico? Estamos en 1816. Las guerras napoleónicas han dejado Europa devastada. Pero si por algo se recuerda este año es por ser el Año Sin Verano. Al parecer, la descomunal erupción del volcán Tambora, en Indonesia, sumada a un descenso de la actividad solar, provocaron que el verano en el hemisferio norte fuera frío, lluvioso y desapacible. Y si a eso le sumamos que la historia sucede en Suiza, hay que añadir nevadas y ventiscas.


Frankenstein
Este es el monstruo, no es Frankenstein. (Fuente).

El 26 de mayo, el poeta inglés Lord Byron, acompañado de su joven médico personal y escritor aficionado, John William Polidori, llegaron a Secheron, Suiza. Byron alquiló una casa, Villa Diodati, junto al lago Lemán. Allí acudió, de visita, Percy Bysshe Shelley, que se convertiría en su mejor amigo. Shelley viajó con su prometida, la hija de su mentor, Mary Godwin, y la hermanastra de esta, Claire Clairmont.

Repasemos al variopinto grupo de personas que se reunieron en el palacete Diodati:

George Gordon Byron, 6th Baron Byron by Richard Westall (2).jpg
Lord Byron pensando. 

-Lord Byron, poeta inglés. Su verdadero nombre era George Gordon Byron. Libertino, revolucionario y genial. Tenía 28 años. Su agitada vida incluyó múltiples amoríos, viajes por toda Europa y, como buen romántico, muerte prematura. Byron huía de Inglaterra, de la bancarrota, de las acusaciones (ciertas) de incesto y de antipatriotismo, y del fracaso de su matrimonio. Nunca regresaría a su país. Byron se convirtió en el símbolo del romanticismo literario, tanto por sus obras como por su trayectoria vital.






-John William Polidori, médico. Sólo tenía 19 años, y la literatura era su pasión. Acompañaba a Byron desde un año antes, al principio por devoción y admiración. Poco después, el editor del Lord empezó a pagarle a cambio de que le informara de sus actividades. Byron sentía por él mitad diversión mitad lástima.

   
Percy Shelley desmelenado.

-Percy Bysshe Shelley, de 23 años, también poeta, activista político de ideas anarquistas y anticlericales. Defensor del amor libre y del ateísmo, había sido expulsado de Oxford.  Seguidor de las ideas de William Godwin, su futuro suegro. También murió joven.

-Mary Wollstonecraft Godwin, la futura Mary Shelley. A punto de cumplir 19 años. Su relación con Percy era tormentosa: un hijo muerto, el rechazo de su “liberal y feminista” padre a su relación… Todo ello repercutirá en su situación mental. Visiones y pesadillas la acosaban ya antes de comenzar el viaje.

mary-shelley1
Mary Shelley en un día bueno.

-Claire Clairmont, hermana de madre de Mary. Claire, de 18 años, fue la que propició la posibilidad de que Byron y Shelley se conocieran, en un encuentro con Byron del que obtuvo algo más: quedó embarazada de él.

El grupo se comportaba como lo que eran: jóvenes poetas románticos. Probaron el opio, bebieron vino en cráneos humanos trepanados, aullaron a la luna, hicieron excursiones en mula por la montaña y en barca por el lago… Pero lo que más tiempo les llevó fueron las largas conversaciones sobre literatura, filosofía y ciencia. Byron y Shelley estaban interesados en el galvanismo y la posibilidad de resucitar a los muertos usando la electricidad (¿os suena?). Los papeles en esas discusiones estaban muy marcados: Byron y Shelley fantaseaban y filosofaban, Polidori trataba de dar rigor científico (con escaso éxito), Mary escuchaba atentamente sin apenas intervenir, y Claire dormitaba semiinconsciente a causa del alcohol. También dedicaron tiempo a leer poesía e historias de terror.

Su estancia llamó tanto la atención que incluso los hoteles cercanos a la Villa alquilaban telescopios a los lugareños para que cotillearan a aquellos jóvenes y excéntricos poetas extranjeros que habían alterado la tranquilidad de aquel lugar.

Villa Diodati
Villa Diodati hoy en día. Aún huele a opio. (Fuente).

Vale, ¿cuándo aparece Frankenstein en toda esta historia? Paciencia, amigos. Ya hemos visto que las conversaciones giraban en torno a temas que interesaban muchísimo a Mary, pero la clave de todo estuvo en una de las noches que dedicaron a leer relatos de terror. Lord Byron recitaba en voz alta un poema llamado Christabel, de Samuel Coleridge, que cuenta una historia sobrenatural. La voz de Byron, combinada con el opio y el alcohol, provocaron que Percy tuviera una terrorífica alucinación que le hizo gritar enloquecido. Byron, fascinado por la situación, propuso que cada uno de ellos escribiera una historia de terror que fuera capaz de asustar a cualquiera. Un desafío que cambió la historia de la literatura.

Al día siguiente, Byron comienza a escribir un relato sobre dos amigos que emprenden un viaje. Uno de ellos está a punto de morir y le hace jurar al otro que volverá de la tumba a por él. Por su parte, Percy Shelley creó una historia de fantasmas acerca de un ser formado por cenizas. Claire lo intentó, pero tras no ser capaz de escribir nada, decidió volver al alcohol y al opio.

Villa Diodati: Bicentenario Romántico
Lord Byron escribiendo en Villa Diodati. (Fuente).

Polidori tarda un par de días, pero finalmente, encuentra la historia: un joven inglés conoce al fascinante Lord Ruthven, un aristócrata amante de las fiestas que esconde un oscuro secreto. En realidad, es una criatura inmortal y malvada, un vampiro. Aunque el relato tuvo varios títulos, acabó con el sencillo El vampiro. Probablemente no lo conozcáis, pero es más importante de lo que parece: 80 años después, esta historia ayudó a Bram Stoker a crear al vampiro más famoso de la historia, Drácula.

Por su parte, Mary no sabía qué hacer. Estaba intimidada por el talento de los dos grandes poetas, y sus pesadillas empeoraban: creía ver figuras espectrales que la espiaban en su habitación, y los relámpagos la aterrorizaban. Sueña con ellos, con su hijo muerto, con los páramos de Escocia donde había vivido, con los glaciares de los Alpes… Al contarle sus sueños a Percy, este la animó a que combinara todos esos elementos en una historia, que abarcará mucho más allá de un simple cuento. Mary comenzó a escribir su novela.

Página del manuscrito original de Frankenstein. (Fuente).

Después de estas vacaciones, cada uno siguió su camino. Byron se quedó en Villa Diodati, corrigiendo diferentes trabajos. Polidori envió su relato al editor de Byron. Percy, Mary y Claire siguieron juntos. Hicieron otros viajes y luego regresaron a Londres. Mary se casó con Percy, pasando a ser Mary Shelley. A finales de 1816 la historia de Mary estaba terminada, y ya tenía título: Frankenstein o el moderno Prometeo. Ayudada por su marido, la publicó por primera vez en 1818. Se convirtió en la gran novela gótica, y en la primera historia de ciencia-ficción que se ha escrito. Todas las historias de terror posteriores se han visto, de una u otra forma, influidas por la historia del monstruo de Mary Shelley.

Tanto Byron como Percy murieron de forma prematura. Polidori se suicidó. Mary pasó el resto de su vida defendiendo la memoria de su marido de las críticas. Y, podéis estar seguros, también recordó para siempre la noche de 1816 en que un simple juego literario puso la semilla de una de las obras más grandes que se han escrito.

Para saber más, consultad las fuentes:



O podéis ver la película Remando al viento, de Gonzalo Suárez.

¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario