martes, 29 de diciembre de 2015

¡Esto está de cine!

El cine se inventó hace poco más de cien años, y desde entonces ha ido adquiriendo cada vez una importancia mayor en nuestras vidas. Se podría pensar que se trata de un simple entretenimiento, pero lo cierto es que su influencia en nuestra sociedad es mayor de lo que parece (pensad en lo que suponen las películas a nivel económico, sin ir más lejos). Culturalmente hablando, el cine ha desplazado al teatro como el espectáculo favorito de las masas y, por supuesto, eso ha influido en nuestra forma de expresarnos.

Cuando algo está bien hecho, decimos que está de cine o de película. Cuando alguien se inventa cosas y se deja llevar demasiado por la imaginación, le llamamos peliculero. Y no sólo eso. ¿Cómo olvidar expresiones tan hermosas y tan españolas como la cagaste Burt Lancaster o no te enrolles Charles Boyer?


Son estos señores. Lee sobre ellos aquí y aquí.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Colorín colorado, este cuento está cambiado

A cada uno le gustan un tipo de historias. De fantasía, de amor, de terror, históricas, de ciencia-ficción, de aventuras. También hay a quien no le gusta ninguna. Y sin embargo, hay una serie de historias que todos conocemos. Nos las han contado, las hemos leído, hemos visto películas, versiones, parodias. De cualquier manera, han llegado a nosotros. Nadie se escapa de los cuentos.

Los cuentos han sido, para muchos, el inicio del gusto por la lectura desde niños. Y sólo por eso ya se merecen un puesto importante en la historia de la literatura. Me refiero, claro, a los cuentos tradicionales, “de hadas”, como se les suele llamar. Son universales. Seguro que cualquiera de vosotros puede nombrar 9 o 10 sin tener que pensar demasiado.

Conocemos la mayoría de esos cuentos gracias a unos pocos autores. Los hermanos Grimm, Charles Perrault y Hans Christian Andersen son los más conocidos. Pero es muy importante aclarar que, especialmente Perrault y los Grimm, no eran escritores de cuentos. Eran recopiladores, es decir, recogían cuentos populares, que se transmitían de boca en boca, y los publicaban en forma de libro. Desde hace años, Disney ha convertido esos cuentos en películas infantiles de gran éxito.

Jacob y Wilhem Grimm. Adorables, ¿verdad? (Fuente)

lunes, 14 de diciembre de 2015

Esto suena a chino: palabras exóticas del español

El español es una lengua latina, es decir, derivada del latín. Todos lo hemos aprendido en el colegio. Está relacionada íntimamente con otras lenguas latinas, como el francés, el italiano, el portugués, el catalán e incluso el rumano. ¿Qué significa esto? Pues que nuestra gramática, especialmente la sintaxis (la relación entre las palabras para formar oraciones) se basa principalmente en la del latín, aunque modificada y evolucionada.

Pero la gramática no es la única parte importante en una lengua. La gramática está muy bien para los filólogos, pero lo que las personas de a pie manejamos todos los días son las palabras, lo que se llama el léxico. Y las palabras pueden llegar a nosotros desde cualquier parte. Evidentemente, muchas vienen del latín, o del griego, o del árabe, debido a los ocho siglos que dominaron la Península. Pero las lenguas están vivas, se relacionan unas con otras, y a veces, resulta que estamos utilizando palabras provenientes de los lugares más insospechados.

                  Fuente: El curiosito

jueves, 10 de diciembre de 2015

Ser o no ser William Shakespeare

Conoces a Shakespeare. Incluso si crees que no lo conoces, o no has oído nunca su nombre, créeme, lo conoces. Porque aunque nunca hayas oído su nombre, seguro que has oído hablar de Hamlet, de Romeo y Julieta, de Otelo, de Macbeth, de El rey Lear, de El sueño de una noche de verano, de El mercader de Venecia o de La tempestad.

“Sí, me suenan, pero nunca las he leído”. No importa. Aun así, conoces a Shakespeare. Has visto películas que adaptan estas obras (¿recuerdas a Leo DiCaprio haciendo de Romeo?). Algunas, sin tú saberlo (un rey asesinado por su hermano y un heredero que quiere vengarse, ¿te suena? Ahora cambia “Hamlet” por “Simba” y ya lo tienes). Has leído libros cuyas historias están influidas por las de Shakespeare. Has visto las películas que los adaptan. De un modo u otro, Shakespeare ha llegado a tu vida. A la de todos. Así de importante ha sido.

Pero ¿y si te dijera que este portento literario, uno de los pilares de la historia de la literatura, podría no haber escrito todas esas obras? Al menos, eso piensan algunas personas. Permíteme que me explique. La pregunta clave es: ¿fue Shakespeare el autor de las obras de Shakespeare?


domingo, 6 de diciembre de 2015

A cada paso, salta un gazapo

Ay, la prensa… No seré yo el que diga que los periodistas tienen problemas para escribir correctamente. Como decía Chiquito, “una mala tarde la tiene cualquiera”, y aquí todos tendríamos algo que callar. Pero la cuestión es que, por alguna razón (¿prisas por publicar?, ¿falta de cuidado?, ¿ausencia de correctores profesionales?), todos los días podemos encontrar errores lingüísticos en los medios de comunicación.

Ojo, que errores cometemos todos. Pero la cuestión es que esta gente vive de comunicar, y a veces leemos unas cosas que, más que informar, desinforman. Vamos a hacer un pequeño análisis, porque todos los errores no son iguales, y algunos son más fáciles de evitar que otros.

En primer lugar, es importante decir que hay gazapos que son simplemente eso, gazapos, es decir, descuidos, errores sin importancia, bailes de letras que se producen por accidente al escribir. No tienen más importancia que la de echarnos unas risas (o acojonar a los sorianos).


    
Fuente: Verne.