Conoces a Shakespeare. Incluso si
crees que no lo conoces, o no has oído nunca su nombre, créeme, lo conoces.
Porque aunque nunca hayas oído su nombre, seguro que has oído hablar de Hamlet, de Romeo y Julieta, de Otelo,
de Macbeth, de El rey Lear, de El sueño de
una noche de verano, de El mercader
de Venecia o de La tempestad.
“Sí, me suenan, pero nunca las he
leído”. No importa. Aun así, conoces a Shakespeare. Has visto películas que
adaptan estas obras (¿recuerdas a Leo DiCaprio haciendo de Romeo?). Algunas,
sin tú saberlo (un rey asesinado por su hermano y un heredero que quiere
vengarse, ¿te suena? Ahora cambia “Hamlet” por “Simba” y ya lo tienes). Has
leído libros cuyas historias están influidas por las de Shakespeare. Has visto
las películas que los adaptan. De un modo u otro, Shakespeare ha llegado a tu
vida. A la de todos. Así de importante ha sido.
Pero ¿y si te dijera que este
portento literario, uno de los pilares de la historia de la literatura, podría
no haber escrito todas esas obras? Al menos, eso piensan algunas personas.
Permíteme que me explique. La pregunta clave es: ¿fue Shakespeare el autor de las obras de Shakespeare?
Ojo, no estoy diciendo que
Shakespeare fuera un personaje de ficción. William
Shakespeare existió, sobre eso no hay ninguna duda. Se conservan documentos
sobre su nacimiento (1564) y sobre su muerte (1616), así como su testamento.
Nació y creció en Stratford-upon-Avon, una ciudad a
unos 150 km al noroeste de Londres, que hoy en día vive casi exclusivamente del
turismo relacionado con el autor (le llamaban El Bardo de Avon). Existen pruebas de que trabajó como actor en
Londres. Shakespeare fue real, de eso no cabe duda. La cuestión es si este
actor nacido en Stratford es la misma persona que escribió las obras.
Aquí nació
Shakespeare. Bonito, ¿eh? (fuente: sobreinglaterra.com)
Existen dos
posturas sobre esto. Los stratfordianos,
que consideran que sí, que Shakespeare fue de verdad el escritor que maravilló
al mundo. Son la amplia mayoría de expertos y estudiosos, eso es verdad. Dicen que
las teorías sobre escritores fantasma son tonterías, y que la única posibilidad
real es que el autor fue ni más ni menos que el que todos conocemos, y no un
personaje oculto en las sombras. Hace poco, para celebrar el cumpleaños de Shakespeare,
22 grandes expertos publicaron el libro Shakespeare más allá de la duda. Evidencia, argumento,
controversia, con el cual pretenden acabar de una vez por
todas con las dudas y las teorías, y demostrar que El Bardo sí escribió sus obras.
La segunda postura es la de los antistratfordianos,
los que dicen que Shakespeare no pudo escribir sus obras. Las razones que dan
son diversas, pero básicamente se basan en que el actor no tuvo estudios ni
preparación suficiente para escribir obras tan difíciles y profundas. Los
rumores sobre que William podía no ser el autor de sus obras comenzaron a los
pocos años de su muerte, pero la teoría cogió fuerza especialmente en el siglo
XIX. Desde 1850, más o menos, se ha hablado de ¡más de 70 candidatos a ser el
verdadero autor! Algunos bastante inverosímiles, como la reina Isabel I (la hija de Enrique VIII,
llamada la reina virgen, ja ja ja). Para
no volvernos todos locos, lo reduciremos a las tres teorías más realistas:
Teoría
Marlowe: Los seguidores de esta teoría sostienen que el autor de las
obras de Shakespeare es Christopher
Marlowe (1564 -1593). Es este señor de melena leonina.
Christopher Marlowe en un día ventoso
A su favor tiene que fue un importantísimo
dramaturgo, considerado por muchos el predecesor del propio Shakespeare. Tenía la
formación y el talento suficiente, y ambos tenían la misma edad. Además, muchos
expertos han encontrado similitudes entre las obras de Marlowe y las del propio
Shakespeare. Sin embargo, la teoría cojea por un insignificante detalle. El año
en que Shakespeare escribió sus primeras obras importantes fue precisamente el
mismo año en que Marlowe murió en una reyerta de madrugada en una taberna. Las malas
compañías son lo que tienen. Tenía sólo 29 años.
Teoría
baconiana: Otros autores apuntan a Lord
Francis Bacon (1561 – 1626) como candidato a genio. Muchas veces noble,
filósofo, abogado y escritor, toda una celebridad en su época.
Sir Francis Bacon
¿Podría ser él? Los indicios son un poco
más débiles. Su cercanía a una carta que se supone inspiró a Shakespeare para
escribir La tempestad, y algunos
supuestos datos autobiográficos en ciertas obras. Poco más. Los expertos dicen
que su estilo de poesía es muy diferente al del Bardo.
El verdadero Sir Francis Bacon. Me gusta más el otro
Teoría
oxfordiana: El candidato más prometedor de la terna es Edward de Vere,
decimoséptimo conde de Oxford (1550 – 1604). Desde principios del siglo XX ha
sido el que más seguidores ha tenido, y eso que no se tiene constancia de que
fuera escritor. Pero eso es algo que sus fans usan como argumento a su favor,
ya que, dicen, habría utilizado el nombre de Shakespeare como pseudónimo, y eso
habría provocado engaños y falsificaciones para evitar que se desvelara su
nombre.
Edward de Vere con cuello alto
Además, argumentan que existen numerosos
hechos en las obras shakesperianas que son claramente pertenecientes a la vida
del conde de Oxford. En 2007, un grupo de más de 300 actores y dramaturgos,
autonombrados como la “Coalición de la autoría de Shakespeare”, publicaron un
documento llamado “Declaración de duda razonable”, en la que cuestionan
seriamente la autoría del genio de Stratford. Este grupo nombra a de Vere como
el mejor candidato. La película de 2011 Anonymous,
de Roland Emmerich, mantiene la misma teoría. No obstante, de Vere murió en
1604, cuando aún no se habían escrito muchas de las obras más importantes.
Sinceramente, yo siempre tiendo a creer en
la explicación más sencilla, que Shakespeare fue, simplemente, Shakespeare. Sin
embargo, nunca podremos saberlo con certeza y, por lo tanto, nunca dejarán de
aparecer teorías y más teorías. Fuera quien fuera, fue, desde luego, un genio
inigualable.
No estoy de acuerdo con que Shakespeare fue simplemente Shakespeare. Yo creo que la teoría más probable es que fuera la loncha de bacon... Tendría más mérito!!!
ResponderEliminarAhora que la OMS está en su contra... ¡¡Es una conspiración!!
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