domingo, 6 de diciembre de 2015

A cada paso, salta un gazapo

Ay, la prensa… No seré yo el que diga que los periodistas tienen problemas para escribir correctamente. Como decía Chiquito, “una mala tarde la tiene cualquiera”, y aquí todos tendríamos algo que callar. Pero la cuestión es que, por alguna razón (¿prisas por publicar?, ¿falta de cuidado?, ¿ausencia de correctores profesionales?), todos los días podemos encontrar errores lingüísticos en los medios de comunicación.

Ojo, que errores cometemos todos. Pero la cuestión es que esta gente vive de comunicar, y a veces leemos unas cosas que, más que informar, desinforman. Vamos a hacer un pequeño análisis, porque todos los errores no son iguales, y algunos son más fáciles de evitar que otros.

En primer lugar, es importante decir que hay gazapos que son simplemente eso, gazapos, es decir, descuidos, errores sin importancia, bailes de letras que se producen por accidente al escribir. No tienen más importancia que la de echarnos unas risas (o acojonar a los sorianos).


    
Fuente: Verne.

Errores ortográficos:

Son los menos importantes. A cualquiera se le puede escapar un acento, una hache o una uve. No hay que darle más importancia porque, en general, no suelen modificar el significado de la frase demasiado. Aunque pueden crear situaciones graciosas, como que el presidente de la II República juegue un partido con el Alcoyano. Esas haches…


Fuente: yo mismo.


¿La manera de evitarlos? Pues no hay mucho que decir. La lectura es el mejor aliado de la ortografía. Si lees bien, escribirás bien.

Errores semánticos:

La semántica estudia el significado de las palabras. Estos errores ocurren en la vida cotidiana cuando utilizamos una palabra cuyo significado no es el que creemos (a veces, es exactamente el opuesto). Conozco una persona que siempre acusa a los árbitros de fútbol de ser “muy imparciales”. “Debería ser más parcial”, afirma convencido, sin saber que en ese caso el susodicho árbitro sería más criticado todavía.

Estos gazapos aparecen en prensa cuando el periodista, digamos, se pasa un poco de listo. A todos nos gusta parecer cultos. Pero cuando intentas utilizar un vocabulario culto, corres el riesgo de escribir algo que no signifique lo que tú creías.



Sospecho que el “eminente” autor de este expresivo titular quería decir que la caída de la estación MIR estaba a punto de suceder, es decir, que era INMINENTE. Sin embargo, en lugar de consultar la palabra, optó por ponerla como le sonaba en ese momento, dando lugar a este sinsentido. Se trata de un caso de palabras parónimas, que suenan o se escriben parecido, pero que no son en absoluto lo mismo.



La imagen de la reina Isabel II arrollando a Roger Moore como si de un Miura se tratase es probablemente una de las más desternillantes que me han venido jamás a la cabeza. La frontera sonora entre “embestir” e “investir” es difusa, pero su confusión convierte una solemne ceremonia en unos sanfermines muy Reales.

Errores de puntuación:

Signos de puntuación… Pequeños seres bondadosos que están viviendo con nosotros. Parece increíble que unos objetos tan insignificantes tengan tanto poder. Pongamos, por ejemplo, la coma. Una simple rayita al pie de la palabra que es capaz de destruir una frase, dinamitando su significado desde los cimientos y acabando con las ilusiones de un humilde redactor, que observa como su sesudo texto se convierte en el descojone de la audiencia.


Fuente: El Diario Montañés (ya corregido).


Gracias a la coma, Pablo Alborán se ha convertido por arte de birlibirloque en toda una reinona, ¡y por tercer año consecutivo! Esto es algo que repito siempre que puedo, así que lo pondré en negrita: nunca hay que poner coma entre el sujeto y el predicado.

No obstante, el poder de un dios ortográfico como la coma es tan grande, que no sólo destruye titulares con su sola presencia. Su ausencia puede, a su vez, robarle todo el sentido a una situación dramática.


Fuente: Verne.

¿Trabajaban allí después de la fuga? No me extraña que huyeran. Una simple coma habría dejado las cosas más claras.

En próximos artículos trataremos otros tipos de gazapos periodísticos, incluyendo algunos que, aparentemente, no están mal escritos, pero cuando los relees, te das cuenta de que tienen algo raro… ¿Revisar el texto? ¿Qué es eso?




Fuente: Twitter.

3 comentarios:

  1. Sin duda la primera de muchas divertidisimas entradas. Me encanta

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  2. Sin duda la primera de muchas divertidisimas entradas. Me encanta

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  3. ¡Muchas gracias! Espero que las siguientes también te gusten.

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